10.02.2008

Un miedo inconcebible a la pobreza


Quiero creerles a las autoridades, al Ministro de Hacienda y al Presidente del Banco Central cuando dicen que Chile está preparado para resistir las consecuencias de la crisis financiera estadounidense. Pero algo me dice que la cosa viene peluda.

Sólo hasta hace poco, el Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, decía que la situación estaba bajo control. Claramente no lo estaba días después, cuando se arrodilló ante la vocera de los representantes demócratas, Nancy Pelosi, para que sus compañeros de partido votaran a favor de su plan de rescate.

Entonces hay que recibir todos los llamados a la calma con sospecha. Porque además es obvio que ninguna autoridad va a decir "estamos con el agua hasta el cuello, sálvese quien puedan, huyan a las montañas". Si lo hiciera, no estaría cumpliendo su pega.

Cómo nos va a pegar esta cosa, no lo sé. Recuerdo que la crisis chilena de los ochenta, que se parece mucho a la crisis subprime, me hizo conocer la "carne vegetal", el renovador de calzado, las canastas familiares en las rifas del colegio, el yoghurt hecho de "pajaritos", sea lo que haya sido eso.

Tal vez todo eso regrese y la onda ochentera siga haciendo de las suyas.

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