6.15.2006

La prensa de izquierda

Como muchas personas que se autodefinen de izquierda, no soy más que un liberal de derecha que vota por la llamada ala progresista de la Concertación. Trato de no decírselo a mucha gente, pero en realidad uno no puede sentirse de izquierda si, como yo, se resignó a validar el libre mercado, regulaciones más o regulaciones menos, como la única opción que ha creado progreso y disminuido la pobreza en el mundo. Si alguien tiene un ejemplo en sentido contrario, lo agradeceré.

El amargo descubrimiento de que muchos somos mucho más de derecha de lo que creemos no ha impedido que me preocupe el destino trágico de los medios de comunicación que no pertenecen a empresarios de derecha. El caso reciente del diario Siete se suma a una larga estela de defunciones: Rocinante, Plan B, La Epoca, Fortín Mapocho, Hoy, Apsi, Cauce, Análisis. Es evidencia suficiente para pensar que la existencia de un medio escrito de línea editorial de centroizquierda es inviable en nuestro país.

Sin embargo, la mayoría de los chilenos vota por la centroizquierda. Sería más fácil entender el predicamento de los medios externos a la órbita de la derecha empresarial si viviéramos en un país cargado electoralmente a la derecha. Pero no es así. Para explicar esta contradicción, los responsables de los proyectos periodísticos que han tenido que bajar las cortinas tras la asfixia económica sostienen ser víctimas de un castigo ideológico de parte de los avisadores, es decir, del empresariado, mayoritariamente afín a la derecha.

Ese argumento sería razonable si los medios que ya no están entre nosotros hubiesen exhibido cifras de circulación y lectoría robustas, lo que no ha sido el caso. Con los resultados que tuvieron, el castigo ideológico del empresariado que ellos denuncian no es más que sentido común a la hora de tomar decisiones sobre inversión publicitaria.

También se le reprocha al gobierno no hacer su aporte al pluralismo al no haber privilegiado a estos medios como destino de su avisaje. Hace poco conversé de esto mismo con un ministro del actual gobierno. El estuvo de acuerdo en que desde una cartera ministerial o una repartición pública dependiente del Ejecutivo no se pueden tomar decisiones económicas (toda decisión sobre avisaje lo es) con criterios de afinidad política. "A los contribuyentes no les gustaría que su dinero se gastase de una forma ineficiente", recalcó.

Se denuncia asimismo que, por razones ideológicas, muchos avisadores privados evitan invertir en medios de éxito probado. Es cierto. Con sus cifras de circulación, The Clinic debería tener muchísimos más avisos, pero hay marcas cuyos dueños han decidido no invertir en este medio simplemente porque no están de acuerdo con su línea editorial. Se podría decir entonces que, así como los empresarios pueden seguir sus inclinaciones políticas al destinar su presupuesto publicitario, el gobierno tiene el mismo derecho. Error. Los vicios privados no justifican los públicos. A estas alturas, la coalición gobernante debería saber más que cualquier otro sector político que la conducción pública debe ser ejemplarmente racional, transparente y honesta. Por lo tanto, tampoco sería correcto esperar que el gobierno actúe contraviniendo estas exigencias. Y comprar publicidad con sesgo político las contraviene.

Temo que la verdadera razón tras la muerte prematura de tantos medios de centroizquierda está en la propia naturaleza de esos medios. Y, lamento decirlo, esa naturaleza es fome y fea.

La intelectualidad concertacionista suele enfrascarse en polémicas que no le importan a nadie, generalmente carece de sentido del humor y mira por encima del hombro al público. Los medios de derecha no cometen esos errores. Ni siquiera medios para la élite como Capital, que en realidad es mucho más accesible que lo que fue Rocinante. Y a propósito del epíteto de fea que le dedico a la prensa afín a la Concertación, basta recordar la diagramación de Rocinante. Nunca he visto algo que aleje tanto al lector. The Clinic es feo, pero divertido. Ojo: basta cumplir con uno de dos requisitos para sobrevivir.

Los medios de derecha, más allá de sus propios sesgos editoriales, han aprendido a invertir en la calidad de sus productos. A los empresarios periodísticos concertacionistas les ha faltado realismo en ese aspecto. Montar un diario o una revista requiere una gran inversión en recursos humanos y en infraestructura. El Mercurio está lleno de periodistas de izquierda (muchos de ellos liberales de derecha no asumidos como yo) simplemente porque paga mejor y entrega buenos beneficios.

He trabajado en las dos empresas del dupolio de los periódicos chilenos y he reparado en que ambas tienen su propia flota de camiones. Así, controlan su propia distribución. Ningún medio de centroizquierda ha podido hacer esto. Obviamente no han tenido el capital, pero es iluso lanzarse en una empresa de este cariz sin detectar ese tipo de necesidades.

Me parece que la derecha entiende mejor el negocio editorial y cuantifica con realismo los recursos en juego. Es cierto que El Mercurio ha recibido ayuda financiera en momentos clave, tanto de parte de Estados Unidos como de la dictadura militar. Más allá de lo espurio que podamos considerar ese financiamiento, hay que reconocer que la empresa de la dinastía Edwards supo dimensionar acertadamente sus necesidades. No sé si Genaro Arriagada pueda decir lo mismo sobre su gestión en diario Siete.

6 comentarios:

MarioSillard dijo...

muy bueno, me sentí plenamente indetificado con el autoreconocimiento del sector político.
Coincido en q la derecha y sus medios, logra escribir 'lo que la gente quiere leer' así logrando llegar a más masa...
me pregunto, entonces, si los medios de izquierda, lograran esa capacidad de impacto visual, de imagen, de mayor simpleza... entrarían a robar mercado a LUN, x ejemplo?

Javier Sanfeliú dijo...

Concuerdo con aquello de que, salvo Clinic, la prensa de izquierda buscar ser "conciente y progresista" cuando en realidad es "fome y ombliguista". No saben reirse y tienen esa siutiquería propia de chileno patidifuso que es intentar hacer "buena" prensa "opinante", francesa por ejemplo. Y estaría bien, salvo por un pequeño detalle: esto, para dolor de guata de algunos, es Chile y no Francia, arribistas!!

Rocinante, p'tas que era podrido. Además el nombre Ya hablaba de moral de feria de artesanía. Y ver a los flagelantes post cierre diciendo que en Shile no hay cultura, cuando hacían un mamotreto con contenido de tasca mediterranea que era intragable. En fin, qué poco modernos son.

Chao, liberal de derecha. Yo soy radical y qué.

Shidi ! dijo...

Me acuerdo el año pasado asistí al pre-estreno de un docu de Miguel Henríquez en el Arcis. Cuando apareció Max Marambio en la pantalla, las pifias se escucharon hasta la Alameda.
Expongo esto, porque me acordé de personeros como éstos, al mencionar los hombres (y tb mujeres) de centro izquierda, (que alguna vez fueron de ultra), y que ahora como felices yupis se peinan con las acciones. Y bueno, eso no tiene nada de malo, si asumieran honestamente su ala liberal de derecha (no conservadora quizás, pero de derecha igual). Bueno los piedrazos de los anarcos les llegarían asumiéndolo o no en todo caso.
Voy al punto: tú trataste los medios de comunicación, y creo concordar con gran parte del análisis, pero tb haý áreas de la producción, de la educación, y sin ir más lejos del propio gobierno que es manejada con criterios vergonzosamente poco creativos. El Clinic es creativo y no tiene empacho en autodestruirse para seguir siéndolo. Por eso la gente lo lee. Porque le refresca la cabeza, después de tanto ultrismo por parte y parte.
El Arcis reventó por razones parecidas a todos los medios que mencionaste: se confió en la buena voluntad y fe, y eso, en un contexto neoliberal como el nuestro, no puede hacerse. Al menos con dos dedos de frente, no. (Lamentablemente).
Como dice Javier, quizás venga un 31 minutos de los medios adultos que venga a remecer un poco.
Es obvio que no es poca la gente que se cranea por eso... por eso no llega jajjaja
Perdón, me alargué otra vez
Shidi !

Rodolfo García dijo...

Y del gobierno, Fortuño, del gobierno...el Mercurio recibe una suma considerable de apoyo por no me acuerdo qué concepto. Es cierto que con todos los poderes fácticos de tu lado, puedes hacer cualquier cosa......La prensa "joven" ha desaparecido, tb, picnic, zona de contacto.....me admiro de cómo Blank ha sobrevivido todos estos años....supongo que las personas q trabajan ahí lo hacen part time y no dependen 100% de los ingresos que les genere la revista...ah!!!! Bloody corporations....
Y no concuerdo tanto con javisanfeliu, Le Monde Diplomatique no se vende tan mal, y los libros de las ediciones "Aún creemos en los sueños" son lejos de ser fomes - o sea, si uno busca lo básico lo será, pero si te interesa informarte mejor como ciudadano, no- , y son muy cercanos a un montón de temas que integran la línea editorial de la Concierto, no deberían escupir sobre su propio caldo: la ecología, la revolución informativa, los Logos multinacionales (Go beyoncé, go beyoncé, jejejej)...eso me parece un poco fácil de tratar la reflexión de "arribista", yo no desprecio la cultura francesa, al contrario, es fundacional para la época contemporánea...aún me pregunto qué hubiera pasado si los subditos de Luis XVI no se hubiesen levantado, viviríamos aún en Monarquías? Mayo 68 es el mejor antecedente de la revolución pinguina, y en el instituto nacional aun persiste esa tradición republicana de "enseñar a pensar", propia de los galos, herencia de ellos...
La reflexión no es fome, hace bien, sobretodo en una mega sociedad que busca meterte el dedo en la boca a cada rato.
Ser contestario o integrar la contracultura no es siutico, es un deber por el futuro de los niños.
Yes, do it for the kids.
Se decía que en los noventa imperaba el no estoy ni ahí, pero aquel predicamento cómodo es algo simple, como lo es reírse de la prensa de investigación-la poca que ha tenido este país-. En fin, sí se entiende que al parecer el interés de los chilenos está en otra parte, y que estos medios han tenido problemas de atractivo público...pero: alguien ha visto la diagramación gráfica de Qué Pasa, de Ercilla, son un bodrio.....Insisto, y me uno a la facción que opta por el boicot a los medios de izquierda para explicar su desaparición: la prensa de derecha es aún más fome y debería venderse menos.

Rodolfo García dijo...

Cambios en el sistema binominal...más, aquí:
http://downtownboogie.blogspot.com/

Bruno Córdova dijo...

Con tu post has eludido algo elemental del comportamiento humano: Una persona ofendida no puede dejar de procurar sacarse la ofensa cuando tiene la posibilidad de hacerlo.

El primer propósito de un diario progre ha sido históricamente denunciar "todo lo que los demás medios prefiren callar" con exhaustivos reportajes densamente escritos, conllevando dos consecuencias fatales: el avisaje (en venganza-retribución) no les ofrece avisaje y los lectores se pajean de leer artículos densos sobre conspiraciones que no aparecen en ningún otro lado.

Por otra parte, cómo le puedes pedir a un medio de izquierda que prodigue felicidad si sus situaciones son mayormente adversas (el ya mencionado avisaje, la posibilidad de que el "duopolio" te desestime a la menor provocación, entre otras sutilezas chantajísticas). Al igual que un trabajador víctima del "mobbing" no es feliz en su empleo.

Personalmente, estimo que esos empresarios que se jactan de practicar la Responsabilidad Social Empresarial deberían invertir en la prensa progre más allá de discordar con sus convicciones y con sus intereses particulares.

Los grandes capitales deberían asumir que la prensa es un espacio de escrutinio y no un lugar para comprar silencio. Eso es lo que diferencia al verdadero periodismo de la corrupción clientelista (como el publireportaje de Josefina Correa en La Tercera).

Necesitamos urgentemente implantarnos ese switch típicamente gringo de "sé recto hasta perseguirte y volverte paranoico: hasta en el tarro de la basura van a ver si fuiste improbo".

Bx