11.03.2005

Bueno, Pero No Se Enoje

He estado pensando en esto desde que Ricardo Lagos se enfureció con un grupo de ecologistas en Valdivia, pero no había tenido tiempo para escribirlo.

No entiendo a la gente enojona. Más bien, entiendo los enojos. Yo paso enojado muchas horas del día. Lo que no comprendo es la acritud, el mal genio, la pérdida de los estribos. Hablar a gritos. No me gusta que un presidente se comporte de esa manera, menos si se piensa que ese temple malhumorado que tiene el nuestro es uno de los elementos que han contribuido al respeto reverencial que hoy le profesan desde el anónimo ciudadano de a pie hasta los líderes empresariales.

La mayoría de las veces, enojarse es comportarse con egoísmo. El que se enoja cree que los demás comparten su idea de cómo son las cosas, de lo que hay que hacer y lo que no. El enojado no se entiende más que a sí mismo. Cuando se le pasa, ha empezado a comprender que el mundo es compartido por gente con distintas historias y distintas miradas.

También, para ser justos, los que hacen enojar a alguien se han comportado con egoísmo. Básicamente, porque no se han detenido a pensar que su forma de hacer las cosas, o de no hacerlas, puede molestar a otros. Como buen pasivo-agresivo, yo me cuento en este grupo.

Ricardo Lagos piensa que merece nada más que admiración hacia el final de su gobierno. No está dispuesto a aceptar cuestionamientos cuando está a punto de culminar una de las administraciones más exitosas de nuestra historia. Bramó a los ecologistas que nadie lo había hecho a callar en dictadura, pero no reparó en que lo que hacía era callar a quienes protestaban, precisamente lo que la dictadura quiso hacer con él.

El enojo es muchas veces así, una gran contradicción para el que es su presa. Me ha tocado verlo varias veces en mis trabajos. He conocido jefes que asumen una actitud relajada la mayor parte del tiempo, pero que ante una contariedad relevante o bajo mucha presión se convierten en energúmenos desquiciados, vociferantes y abusadores. Eso pasa porque ellos mismos han rehuido establecer reglas claras y les atemoriza dar órdenes taxativas. Tienen miedo al poder. No pueden convivir bien con él.

Saber dar órdenes y saber seguirlas es un arte. En cualquier lado que uno le toque estar, requiere humildad y empatía. Claridad para explicar y valor para hacer sentir la autoridad, por una parte, y no acatar lo que no se considera justo o apropiado, por otra. Es una mezcla entre fuerza bien ejercida y sabiduría.

La gente que domina este arte se lleva mejor con el poder. Es gente justa y responsable. Tal vez su vida no sea una montaña rusa de emociones y transcurra más bien en la planicie de la templanza. Pero más de alguna vez he visto a estos personajes sonriendo con un semblante que irradia calma e impele a creer que podemos llevarnos mejor si queremos.

18 comentarios:

camafeo dijo...

" He conocido jefes que asumen una actitud relajada la mayor parte del tiempo, pero que ante una contariedad relevante o bajo mucha presión se convierten en energúmenos desquiciados, vociferantes y abusadores. "

Me pregunto ¿será que a eso se refería Sanfeliú, cuando se quejaba por tu ascenso, y por no poder golpearte más? ¿ahhh?

----------------------------------

Oye, seriamente hablando, a Lagos se le ha ido la mano. Tiene un estrés acumulado en su mente que ya no le permite visualizar las críticas o los reclamos, como algo justo, sino siempre son molestias. Deslegitima el derecho que tenemos todos a opinar, a estar en desacuerdo.
De todas formas no sé si será en su caso, que se le hayan subido los humos por el alto apoyo ciudadano o por su buena gestión. Pienso que pasa más por un desgaste luego del mandato, por una rutina mal llevada en el último tiempo, y por los malos manejos de sus subalternos que le han traído tantas complicaciones, que le hacen ser un viejo enojón, lejos de la persona justa que ha sido anteriormente.

Un abrazo.

Fco.

Jaime Ceresa® dijo...

Sabes yo soy bienf an de Lagos, pero a veces siento que se la pasa la manio desmedidamente el tema de los ecologistas, de TVN, etc. muestran que tiende a ser enextremo autoritario por momentos y eso desvirtua su figura.

Buen post...espero tu visita en mi pagina.

Sergio Fortuño dijo...

Camafeo, Sanfeliú no fue uno de esos jefes. El no tenía episodios de ira. Simplemente, me golpeaba siempre.

Javier Sanfeliú dijo...

Fortuño, Fortuño... debería haberte pegado al menos una vez en estos rápidos cinco años... un par de enojos en casi dos mil días es todo un record.
Felicitaciones. La hicimos.

Sergio Fortuño dijo...

Alfredo, Alejandro es mi papá. Javier, tal como le dije a Camafeo, tú no fuiste uno de esos jefes que describo. Y sí que la hicimos. Felicitaciones a ti. Y, sobre todo, muchas gracias por todo.

McRoyal dijo...

Desde la profunda vivencia de un tipo que pasa la mayor parte del tiempo enojado, es duro. A veces ando relajadito por la vida, pero el maldito ceño me traiciona, vuelve a su acostumbrada posición y la gente huye de mí.
Con el tiempo he dejado de enojarme tanto, pero el estigma de un pasado explosivo te acompaña y a veces el ambiente (acostumbrado a tu furia latente) te obliga a volver a la posición típica que todos conocen y que les asegura no encontrar sorpresas en el camino.

Saludos Fortuño y me imaghino que tú enojado debes ser bastante insoportable... aunque igual te deben decir "Me encanta cuando estás enojado"

Esteban Perez dijo...

"La mayoría de las veces, enojarse es comportarse con egoísmo. El que se enoja cree que los demás comparten su idea de cómo son las cosas, de lo que hay que hacer y lo que no. El enojado no se entiende más que a sí mismo. Cuando se le pasa, ha empezado a comprender que el mundo es compartido por gente con distintas historias y distintas miradas"

esto me hace mucho sentido, te encuentro la razón.... espero enojarme menos en el futuro....

Pancho Ramírez dijo...

Me da lata enojarme, en mucha cantidad, porque una vez mi hermano chico (de 8 años ahí) me vió y dijo: "no seas amargado, te pareces al viejo del saco".
Me llegó tanto su comentario que asocié el enojo con la vejez prematura, y como me desconcierta llegar a esa etapa traté de enojarme en cualquier lugar donde no estuviese con él.
Quizás es cierto el dicho popular del enojo y las canas, el enojo y la senectud, esa de los viejos rabiosos, esa de la vieja Lucía, la que no nos pasaba la pelota cuando se nos caía a su casa.
Lagos debe estar chato y se le viene la vejez.
Ojalá no caiga en esas actitudes de nuevo.

Take care.

Vero dijo...

me encanta Lagos
hablo de él como "mi presidente"
así es que no puedo ser imparcial
lo siento
v.

Fran Orellana dijo...

a mi tampoco me gusta enojarme, de hecho trato de arreglar las cosas civilizadamentes...proque paera que amargarse cuando la vida es tan corta????
entrete tu blog!!!.

Anónimo dijo...

no ventilare aqui mi relacion con el enojo... porque es muy intima y se sonrojarian. este blog ha sido una ventana a mi pais desde la lejania en la que estoy, mejor que la prensa, obviamente mas refelxivo. sergio escribe pronto algo nuevo, bueno, pero no se enoje, ya lo lei tres veces.
carinos

jpgarnham dijo...

a mi me dio la impresión de que está un poco chato, que ya no aguanta el momento que pueda soltar la banda presidencial...

jean falcon dijo...

me enojo con facilidad pero la canalizo con temas de cacion canto y con eso olvido el enojo no me ayuda en nada solo me hace poner hiriente e idiota..
con respecto al generalicimo de lagos su actitud hacia los ecologistas deveriamos haber estado ahi para ver coo fueron als cosas acordemonos q siempre ponen la parte mala en la t.v.

cienfuegos dijo...

no comparto el sermón dominical sobre la ira.
tien mala prensa, lo reconozco, y tiene malos resultados; pero, seamos justos, también los tiene el carácter bonachón, o el indulgente.
Lagos creo que muchas veces, hace lo que tiene que hacer un Presidente. No se le falta el respeto a un señor determinado sino al cargo, y de ese respeto dependen muchas cosas.
lo improtrante, me parece, es una suerte de igualitarismo con la rabia: ser capaz de enojarte con bush y con el ecologista falta de respeto, no spolo con los no poderosos, o con ese otro tarado que fue a reventarle un huevo a piñera.

feña dijo...

creo firmemente que la variable "lagos enojado" y la variable "me encanta Lagos" están muy relacionadas.

Esperamos de un presidente -o sea de un jefe, de un padre, de un profesor- severidad,impaciencia, una abrupta autoridad. Quizás, como que una parte infantil de nosotros echa de menos a Pinochet. O mejor: saber que existe Lagos nos permite (y especialmente a la derecha) dejar atrás a pin8.

Igual, que le den x culo.

Anónimo dijo...

El ser humanoe s demasiado frágil como para poder mantener sus ideas firmes sobre el abuso de poder. Si alguien llega a ser jefe, ojalá nunca se le olvide que alguna vez fue empleado, para no caer ene sos vicios de soberbia y arrogancia en la que caen casi todos.

Creo que Pete Townshend tenía razón: "And the parting on the left
Are now parting on the right" y "meet the new boss... same as the old boss". Pareciera que nada cambia.

Visite mi sitio: www.fotolog.net/hecrock41

Donde hay más texto que fotos.

Saludos!!!

Pozo.... dijo...

Se supone que un presidente es un servidor público, se debe a la gente, por lo tanto, no debería tener esos arranques... me cae mal Lagos, jaja!

Unknown dijo...

Estuve presente ese día funesto en que Lagos se enfureció con el grupo de "ecologistas"... me agarraba de uno de los letreros con los que respetuosamente reclamábamos, mientras las fuerzas especiales nos tironeaban... Fue triste ver el dedo del presi apuntando con tanta vehemencia a quiénes lo habíamos elegido y le pedíamos explicaciones.
Me gustaba Lagos, voté por él, pero creo que se fue al chancho.