2.28.2006

¿Cómo Estuvieron las Vacaciones?

Aunque entiendo que es inevitable cuando uno vuelve a su ciudad y a su trabajo, odio esa pregunta. No sé, me remite de inmediato a la temida composición con que uno comenzaba el año escolar.

Recuerdo particularmente una vez en que nos hiceron escribir el relato de nuestro veraneo y no era más que un cazabobos psicopedagógico para detectar quiénes eran disléxicos en el curso.

Claro que lo que más me irrita es la inevitable continuación de la interrogante: "¿Descansaste?".

Mi instinto de conservación y espíritu rousseauniano, con un no desdeñable aporte del súper yo, me contienen y se imponen sobre mis impulsos agresivos con una escueta respuesta afirmativa acompañada de una inexpresiva sonrisa de cortesía.

"Claro que descansé", me gustaría contestar en realidad. "Quién no descansa viajando en un auto sobrecargado, instalando todo su contenido en una casa desconocida, haciendo camas, lavando platos todos los días, bajando a la playa con una tonelada de pareos, toallas, paletas, baldes, quitasoles y bloqueadores pese a los cuales igual terminas hecho añicos con el sol, llenando de arena incluso las cosas que nunca la tocaron, inventando cada cinco minutos una nueva forma de negarte a comprarle un helado a los cabros chicos, batallando con un calefont cuyos caprichos te torturan en la ducha, engordando como foca con panes amasados cuyos nocivos efectos tratas de contrarrestar trotando y haciendo abdominales hasta reventar y así día tras día hasta que tienes que volver a meter al auto todo eso que de milagro cupo a la ida y también de milagro esperas hacer caber a la vuelta".

No. En las vacaciones, por lo menos en las mías, no se descansa.

Pero no me quejo. Al contrario, me gusta el desgaste de las vacaciones, porque que tiene que ver con lo básico. Es un agotamiento no alienante. Te cansas de lavar platos porque necesitas comer en platos limpios. No te cansas obedeciendo ni dando órdenes cuyo sentido se te escapa, aunque sabes que así recibes a fin de mes un pago que te tendrá otros treinta días sometido al mismo sinsentido.

En las vacaciones, tu desgaste tiene un sentido inmediato y claro, de algún modo ligado a las rutinas básicas de la sobrevivencia. El subvalorado Eugenio Tironi afirmó en uno de sus últimos libros que Chile sería un verdadero país desarrollado cuando los sectores más pudientes vivieran sin empleadas domésticas. Es decir, cuando todo sintamos como algo cotidiano el cansancio de las vacaciones.

7 comentarios:

A. Urrejola dijo...

Descansar... demasiado sobrevalorado estos días. Concepto al que se le aplican las leyes de oferta y demanda: mientras más escaso el bien, más caro se paga. Aunque para mí, esto de salir de vacaciones, desde que me casé y todo, se trata de cansarse en algo nuevo para salir de la rutina. Descansar es hacer nada. Nada.

Saludos.

PALOMA MOL-ALBARRÁN Eeken Kusje dijo...

Mis vacaciones no son en enero,ni en febrero...son cuando no hay gente en las playas, los cafès estan trankilos,los pueblitos vacios y silenciosos,con poca fiesta...mi descanzo no es pasear o salir a comprar,es sentarme y hacer nada....no sigo la fila que dice :¡¡aqui vacacione es mejor, 4 noches y tres dias por tantos dolares!!! por favor kien descanza en tres dias¿?¿??....mis vacaciones se traducen en hacer lo que quiero a la hora que quiero ...hasta disfruto ir al supermercado sin alterarme por ke la cajera es lenta,converso con todos dentro de las tiendas y soy amable....mis vacaciones son cuando todos regresan muy cansados de sus vacaciones a trabajar..yo observo y me tomo las merecidas vacaciones...sin dramas ni cuestionamientos....DESCANZO Y DISFRUTO.

Rodrigo dijo...

Buena la frase de Tironi. Nada mejor que el cansancio de lo básico, cansarse de hacer lo que haces y no de lo que tienes que hacer para pagar la nana. Yo también hice de esos textos de cómo lo había pasado en vacaciones. Siempre terminaba dibujando el Station Wagon que teníamos. Ahí lo pasaba. Ah! tengo un disco para que pasen... Es de Mash Ups. Top!

camafeo dijo...

Sergio, ¿descansas en la Radio? Resulta que cuando no hay que hacer lo que estamos acostumbrados a hacer, nos viene un estrés bien pelotudo: no saber qué hacer para rellenar ese tiempo. Bueno, yo soy estudiante aún, tengo hartos meses de vacaciones, y te juro que a veces me pasó. Creo que este año no. Leí demasiado, como hace tiempo no lo hacía, conocí lugares de la ciudad que no conocía, en fin, traté de ocuparme bien. Y me cansé. Espero descansar en la U.
Te pregunto de nuevo, ¿descansas en la radio?

iquillo dijo...

Descansar quiero...(palabras de Yoda).
Es increible... hoy retome la pega en la oficina... es horrible, de verdad llegue de San Pedro de Atacama sin ganas de nada, el mochileo me destrozo. Lo peor es que fui con un amigo, este se enamoro del lugar, converso en un restaurant y en estos momentos pasa sus días en el extremo norte más seco y arido de Chile sirviendo mesas en un boliche en San Pedro de Atacama. Se enamoro del lugar me dijo. Horror.
Yo pienso que debí haberme quedado... hacer algo de verdad fuera de planes y extraño...siento envidia de mi amigo.
Estoy cansado... no quiero trabajar frente a un computador...

El Mago de Ocio dijo...

Claro, como dijiste a pesar del Factor 40 de los bloqueadores uno queda rojo y no solo fuera el capricho del calefont, es que despues del bronceado no pillas como cresta meterte en la ducha pa que no te duela, el jueves anterior a venirme ya me llamaban mis clientes. ¿cúal es la moraleja de estas últimas lineas? "Andate de vacaciones a un lugar donde no pesque tu celular", aun que cierta compañía tiene tan buena cobertura que ni en el "más allá" estarías a salvo...

Anónimo dijo...

sergio, suenas casado, futil, cotidiano y tributable...