4.24.2009

Historia de dos familias

"Volvemos en septiembre para que descansen Los Simpson", dijo Daniel Muñoz al recibir uno de los premios otorgados a la serie Los Ochenta en la última versión de los Altazor.

Los Simpson y Los Ochenta son, precisamente, dos grandes caballos de batalla recientes de Canal 13. La serie animada es el comodín que ocupa horas y horas de aire,, presumiblemenmte generando menos gastos que la producción propuia. La serie nacional fue el último producto televisivo de la estación pontificia que conjugó lo que yo llamo las "tres P" a las que toda empresa televisiva debería aspirar: Público, Prestigio y Plata.

La presencia y relevancia de ambos programas en el 13 puede parecer extraña en la superficie, pero no lo es para nada en el fondo.

Bajo todo el manto sarcástico e irreverente de los Simpson permanece inalterada la idea de la familia como origen y refugio de todo conflicto. El mundo en torno a los Simposon puede derrumbarse, pero la familia persiste. Obviamente, es un requisito narrativo de la serie, pero no por eso deja de tener consecuencias valóricas. Prácticamente en cada capítulo, los Simpson juegan con la disfuncionalidad y rozan el quiebre familiar sin nunca llegar a él. Un católico debería sentirse extasiado.

Obviamente, es menos raro que Los Ochenta haya sido comprada por Canal 13, aunque en el discurso de Daniel Muñoz en los Altazor hubo una alusión a resistencias burocráticas que los productores de la serie debieron vencer al interior de este medio. Si hubo tales trabas resultan inexplicables a la luz de una historia donde la real protagonista, incluso más que la época histórica, es la familia. El último capítulo de la serie se encarga de aclararlo cuando el personaje de Muñoz para en seco y a gritos una discusión entre sus hijos, advirtiéndoles, como muchos hijos habrán escuchado en esos años, que "en esta casa no se discute de política".

El modelo familiar de los ochenta es un modelo que pretende ser impermeable al mundo exterior, a la complejidad de una sociedad democrática o, dado el caso, a la complejidad y el peligro de una refelxión democrática bajo el poder de una dictadura. La familia es elevada por la serie y canal 13 al nivel de un dogma que se planta en contra de la integración de las personas a una vida social compuesta por realidades y opciones diversas.

Los Ochenta, al menos su primera temporada, enarboló un ideal de familia que, al igual que la de los Simpson, resiste cualquier embate interno o externo. Para Canal 13, la familia no sólo es el núcleo de la sociedad, sino toda la sociedad. O al menos toda la sociedad que cuenta.