8.31.2006

No fumar

En algunos conciertos ya me había pasado que me quitaran el encendedor. Razones de seguridad, aducían los guardias civiles o los carabineros a cargo. En el último show al que fui, también perdí uno, pero esta vez me dieron otra razón. Entrada ya en vigencia la nueva legislación anti tabaco, se procedía a la requisición de encendedores para asegurar el cumplimiento de la norma.

Me hubiese gustado que alguna iniciativa comunicacional hubiese advertido "y si asiste a espectáculos en recintos cerrados, se le quitará su encendedor". Pero, en fin, de todos modos estoy OK con la medida de no fumar en espacios cerrados. Además, después de haber extraviado como cinco Zippos seguidos, hace años que sólo tengo encendedores charchas, si es que tengo.

No me molestó perder el encendedor. Lo que sí me enojó fue ver gente que se las había amañado para conservar el suyo. Y no es que los mostraran orgullosos o los prendieran para acompañar alguna canción lenta, sino que, sencillamente, estaban fumando.

Eso me indignó.

Mi postura en torno al tabaco es la misma que tengo ante cualquier sustancia estimulante: está bien mientras no dañe a otros. Difiero de posiciones reduccionistas que equiparan la buena salud con una vida extensa. Según esto, no importa cómo se viva, si no cuánto. Así queda fuera, por ejemplo, la búsqueda del placer, porque muchos placeres involucran cierto nivel de daño y, por lo tanto, una eventual reducción de la esperanza de vida. Y yo creo que una vida sin placer no es una vida sana.

Aún así, cada fumador de esa noche me resultó despreciable. La salud de ellos y la del resto que no fumaba no era el tema. Lo que estaba en juego era un asunto político, de convivencia ciudadana, de respeto a la democracia. Me parece que vivir en una sociedad organizada democráticamente requiere poner las reglas colectivas por sobre los impulsos individuales. Si quieres hacer lo que te plazca sin respeto por las normas de convivencia, es mejor que apoyes el regreso del régimen monárquico y esperar que te toque ser rey o al menos un noble de la corte.

En la democracia, todos nos privamos de algo para que nadie se vaya al chancho con abusos y despotismos. Por eso se dice que nadie puede estar sobre la ley, aunque a veces algunos se empeñan en creer estarlo, como cuando prendes un cigarro en un sitio donde está prohibido fumar. En el libro de Patricio Navia y Eduardo Engel "Que gane el más mejor", los autores sostienen que la democracia es el sistema donde los partidos políticos pierden elecciones. Yo agregaría que es la organización de la vida en sociedad donde los ciudadanos hacen lo que no quieren o dejan de hacer cosas que les gustan.

Es cierto que no tenemos una democracia perfecta. Pero no es sólo por el sistema binominal, la falta de transparencia en el financiamiento de campañas y partidos ni la generación a dedo de autoridades que se podrían elegir en las urnas. También es porque en la vida cotidiana no nos damos cuenta de que muchas de nuestras conductas desdeñan aquello que tanto ha costado recuperar y perfeccionar en nuestro país.

A veces es fome comportarse ciudadanamente. A veces hay que saber tolerar aquello con lo que no estamos de acuerdo, cosa que olvidó Camilo Escalona a propósito del fallo del Tribunal Constitucional sobre aspectos de la ley de subcontratación. Vivir democráticamente, incluso, es poco romántico, tiene poco vértigo y mala repercusión con el sexo opuesto. Pero es lo único que podemos hacer si realmente creemos en que todos tenemos derecho a ser considerados libres, dignos e iguales.

Piénsalo antes de encender tu próximo cigarrillo.

8.17.2006

Parra

Así como me ocurre con el culto a Roberto Matta, la admiración fervorosa e incondicional que suscita Nicanor Parra, quien hoy inaugura una muestra de artefactos y presidentes ahorcados en el Centro Cultural La Moneda, escapa a mi entendimiento.

Reconozco que esto se debe en gran parte a que no he leído su obra. Sin embargo, he percibido que el entusiasmo casi fundamentalista en torno al hermano mayor de Violeta nace más de gestos que de una obra concreta. Más que "Poemas y antipoemas", lo que me parece que celebra la mayoría son ciertos arranques ingeniososos, tal o cual juego de palabras, una que otra audacia fuera de protocolo, un histrionismo caprichoso. Travesuras de las que los grises ciudadanos normales no son o no se sienten capaces.

Recuerdo al astrónomo de "El Principito", que no pudo captar atención para su descubrimiento de un nuevo planeta hasta que se vistió formalmente. En nuestro país pasa algo parecido, pero al revés. Prestamos más atención a lo que dicen personajes extravagantes, fuera de la norma. Así es tanto con Nicanor como con las portadas de LUN. No sé si realmente atendemos a lo que la gente tiene que decir. Nos cautivan más los ropajes y las actitudes que las palabras y las acciones.

Hay algo de autoritario en el carácter de Nicanor o más bien en el carácter que los medios de comunicación y ciertos ámbitos intelectuales pueden haberle construido a Nicanor. Al parecer, sólo son sus interlocutores quienes aceptan pasivamente a su modo de procesar la realidad, quienes se someten a un juego donde sólo él establece las reglas. Está claro que a Nicanor lo escuchan, pero ho he encontrado, y no digo que no pueda haberla, evidencias de que él escuche a su vez.

Más que sobre el poeta avecindado en Las Cruces, estoy escribiendo sobre su público y, con ello, quizás sobre todos nosotros. La figura de Parra acusa una vez más nuestra tendencia al embobamiento con personajes que, a fuerza de ademanes, arranques excéntricos o berrinches autoritarios (como los de algunos de nuestros ex mandatarios), ejercen un encanto irracional, casi hipnótico, sobre los demás. Poco nos importa lo que haya detrás de los destellos de esos rasgos. Todo lo del gobierno de Lagos fue bueno. Parra es siempre un genio.

¿Han leído su obra los que piensan así? ¿Yo soy el único que no? Francamente, lo dudo.

8.03.2006

Los números para Paula

Para la más reciente edición de la revista Paula, la sección "Los números" fue encargada a este servidor. Como paliativo a la sequía bloggera que atravieso, la posteo en su versión original, corregida y aumentada. Me han comentado harto el homenaje gastronómico a mi mujer incluido aquí. Quiero aclarar que no es una celebración machista del marido al que le cocinan todo, sino el merecido tributo a una artista.

7 poses intelectuales 2006 (una lista en construcción)

1.- Haber ido al velorio y/o al funeral de Stella Díaz Varín.

2.- Poner el grito en el cielo por el destino del programa “La belleza de pensar” en Canal 13.

3.- Poner el grito en el cielo por los apremios de la radio Beethoven.

4.- Poner el grito en el cielo por la suerte del Teatro Municipal.

5.- Largar el texto “no me interesa la farándula, pero creo que cumple un rol necesario en nuestro país” o algo en la misma línea.

6.- Haber enunciado cualquier pseudo tesis sobre movilizaciones sociales, espacios de representación, la incidencia de las nuevas tecnologías y manejo de conflictos a propósito de las movilizaciones estudiantiles.

7.- Haber pedido la liberación del Divino Anticristo (en esta me incluyo)


7 razones por las que apoyo la paridad de géneros

1.- Porque también quiero atender asuntos familiares y domésticos sin sentirme culpable ni jefes mirándome feo.

2.- Porque el género pasaría a ser un requisito cumplido automáticamente al postular a un puesto o función. No hay que despreciar cumplir al menos un requisito para algo.

3.- Porque, y esto es pensando generosamente en las nuevas generaciones, se pasaría mejor en los colegios. (¡Educación pública mixta, ahora!).

4.- Porque me gustaría no sentirme gil si dejo pasar una oportunidad de tener sexo por cansancio o falta de ganas.

5.- Porque no me conformo con cinco ratones días de post natal.

6.- Porque está bueno ya de que la ley otorgue a las madres el derecho preferente de quedarse con los hijos tras una separación.

7.- Porque una mujer con poder es tan terrible como un hombre con poder.


5 pifias de los avances tecnológicos en lo tocante a estética y modales

1.- Los headsets con bluetooth para móviles (los fonos sin cables para el celular): Desde los aros de Gerardo (el de “Rico, suave”) que no se veía nada tan feo para la oreja.

2.- La opción de estar “no disponible” en messenger. ¿Para qué te conectas entonces?

3.- Los emoticons y las palabras que salen con diseño y animación, también en messenger. ¿Alguien gastó tiempo y recursos de investigación y desarrollo en eso?

4.- Los ring tones alegres o chistosos. ¿Y si alguien está llamando para comunicar una tragedia?

5.- Llamar por celular y no tocar el timbre cuando se llega a una casa.

5 roperos que envidio

1.- El de Andrés Velasco

2.- El de Ricardo Lagos

3.- El de Felipe Bianchi

4.- El de los Beatles hasta “Rubber soul”

5.- El del Tío Memo (en su fase Adidas).


4 rasgos de Chile según los medios de comunicación

1.- Inseguro y violento: No como esos oasis de paz ciudadana que son Buenos Aires, Río de Janeiro, Caracas y Ciudad de México.

2.- Su capital está más contaminada que nunca. Alguien se equivocó al contar más preemergencias ambientales en años tanto o menos secos que éste.

3.- Sus jugadores de fútbol son tan buenos, que sus actividades extracurriculares los llevan a las portadas. Es tanta su genialidad en la cancha que incluso sus novias, esposas y (sobre todo) one night stands son celebridades.

4.- Los neonazis tienen el país tomado. Hay crímenes protagonizados por gente que no tiene nada que ver con este movimiento racista, pero son los menos.

5 modismos entrañables de los ochenta para decir que algo es bueno

1.- Grosso

2.- Sendo

3.- Neto

4.- Malo (pronunciado de tal modo que se entienda que se quiere denotar “bueno”).

5.- “Poco bueno”


7 vocablos y frases irritantes de gente que quiere darse importancia

1.- Management

2.- Empoderamiento

3.- Glamour

4.- Blindaje

5.- "Dar el ancho"

6.- "Al final del día"

7.- "Raya para la suma"

7 razones para enamorarse de mi mujer (más allá de su innegable belleza externa e interna)

1.- Sus gnocchi de ricotta con puttanesca (con ricotta preparada por ella)

2.- Su risotto, con la salsa que sea.

3.- Su caldillo de congrio.

4.- Su pastel de locos.

5.- Su paté casero.

6.- Su helado de canela con jengibre.

7.- Su crème brulée.